Adentrarse en el interior de Cantabria y de Asturias es algo embriagador. Casí alucinógeno. Provoca adicción. Empieza a preocuparme como conseguir mi dosis, como chutarme, cuando esto termine.
Hoy por azar o por error he tomado una carretera local por el interior de Asturias (Colombres-Noriega-Boqueiro-Puertas) que me ha dejado tocado: ¡¡Quería llamar en todas las puerta y preguntar si alguna casona en ruinas estaba en venta!! Aquí me gustaría poner el huevo. Eso me late.
Y al fondo... poner esa hamaca entre el cielo y el mar que decía Serrat...
Ricardo el ciclo-sherpa que me llevó en volandas (y con el gancho) hasta Laredo, me ilustró sobre Cantabria y Asturias, matizaba esto: 'el paisaje de Asturias es adusto y el Cantabria es más femenino'. Y esta mañana cabalgado sobre las suaves y sinuosas lomas cantabronas, me acordaba de la letra de aquella canción: caminar por tu cadera es para miiiiiiiiii, la mejor de las maneras de mooooooooorir. Me sentía desnudando y derritiendo a estas tierras.
Después de desayunar con Maribel (y Mora) y tras casi agotarlas las existencias de galletas, tostadas y mantequilla tiré hacia Tagle, pasando muy cerca de Los locos (joder que recuerdos ufff), donde pude contemplar este espectáculo de la coste cántabra.
Luego por Comillas y san Vicente de la Barquera. Algún tramo de nacional y algunos tramos de esas presiosas carreteras locales de las que os hablaba.
Ya empecé a ver bicigrinos (más de uno, venía a referirme, mayormente), parece que esto se anima.
En San Vicente había un mercadillo y paré a zamparme una pedazo de empanada que ... eso... la perra sufre de incontingencia rectal.
Con esto de ser peregrino te ponen buena cara, te hacen precio especial y hasta te dan cosas para degustar. Que chollo.
San Vicente siempre merece una parada y posta. Si hubiera sol se verían desde acá los Picos de Europa, pero no hubo suerte lúcida esta vez.
Uno que es zoquete por naturaleza y espabilado por vocación, al salir de San Vicente y tomar la carretera a Colombres (curioso lugar donde los indianos que volvieron de hacer las Americas construyeron casas de estilo colonial entremezcladas con las típìcas casas de pueblo y casonas asturianas), pues decía que uno se dió de bruces con una carreteruca fuera de la ruta que resultó ser hasta hoy lo mejor del viaje... esa carretera por Nogueira y Boqueiro.
Beacoup de jeaux
Curioso: el sendero de baldosas (digooo flechas amarillas) ha cambiado en Asturias: ahora es una concha amarilla sobre un azulejo azul.
¿Veis las flechas amarillas en el poste y la piedra? así se orientan los peregrinos (y los bicigrinos) en estos caminos y carreterillas de dios.
Amén
Hoy por azar o por error he tomado una carretera local por el interior de Asturias (Colombres-Noriega-Boqueiro-Puertas) que me ha dejado tocado: ¡¡Quería llamar en todas las puerta y preguntar si alguna casona en ruinas estaba en venta!! Aquí me gustaría poner el huevo. Eso me late.
Y al fondo... poner esa hamaca entre el cielo y el mar que decía Serrat...
Ricardo el ciclo-sherpa que me llevó en volandas (y con el gancho) hasta Laredo, me ilustró sobre Cantabria y Asturias, matizaba esto: 'el paisaje de Asturias es adusto y el Cantabria es más femenino'. Y esta mañana cabalgado sobre las suaves y sinuosas lomas cantabronas, me acordaba de la letra de aquella canción: caminar por tu cadera es para miiiiiiiiii, la mejor de las maneras de mooooooooorir. Me sentía desnudando y derritiendo a estas tierras.
Después de desayunar con Maribel (y Mora) y tras casi agotarlas las existencias de galletas, tostadas y mantequilla tiré hacia Tagle, pasando muy cerca de Los locos (joder que recuerdos ufff), donde pude contemplar este espectáculo de la coste cántabra.
Luego por Comillas y san Vicente de la Barquera. Algún tramo de nacional y algunos tramos de esas presiosas carreteras locales de las que os hablaba.
Ya empecé a ver bicigrinos (más de uno, venía a referirme, mayormente), parece que esto se anima.
En San Vicente había un mercadillo y paré a zamparme una pedazo de empanada que ... eso... la perra sufre de incontingencia rectal.
Con esto de ser peregrino te ponen buena cara, te hacen precio especial y hasta te dan cosas para degustar. Que chollo.
San Vicente siempre merece una parada y posta. Si hubiera sol se verían desde acá los Picos de Europa, pero no hubo suerte lúcida esta vez.
Uno que es zoquete por naturaleza y espabilado por vocación, al salir de San Vicente y tomar la carretera a Colombres (curioso lugar donde los indianos que volvieron de hacer las Americas construyeron casas de estilo colonial entremezcladas con las típìcas casas de pueblo y casonas asturianas), pues decía que uno se dió de bruces con una carreteruca fuera de la ruta que resultó ser hasta hoy lo mejor del viaje... esa carretera por Nogueira y Boqueiro.
Beacoup de jeaux
Curioso: el sendero de baldosas (digooo flechas amarillas) ha cambiado en Asturias: ahora es una concha amarilla sobre un azulejo azul.
¿Veis las flechas amarillas en el poste y la piedra? así se orientan los peregrinos (y los bicigrinos) en estos caminos y carreterillas de dios.
Amén
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